¿Por qué nos cuesta tanto saber cuánto debemos cobrar por nuestro trabajo? Damos vueltas, buscamos en los nomencladores de nuestros colegios y asociaciones, preguntamos a colegas con más experiencia.... la verdad es que a veces no sabemos para donde correr, estamos más sól@s que Kung Fu.
Tenemos MIEDO de poner precios altos y que la gente no pueda pagarlos, o se queje. O precios demasiado bajos y que nos quedemos cortos, que no nos rindan las horas trabajadas, o que la gente piense que la calidad es baja y genere desconfianza. Además, el riesgo de cobrar "barato" es que no te va a rendir el dinero y vas a terminar trabajando muchísimo.
Saber poner precios no es fácil, pero es una OPORTUNIDAD. Y como bien sabés, las oportunidades no sobran... ¡por eso hay que aprovecharlas!
Te dejamos un par de "consejos" para que pienses mejor los números cuando te consulten:
1- No regales tu trabajo, hacelo valer ( para algo te quemaste las pestañas y te gastaste sueldos enteros en libros y congresos).
2- El precio va a variar según aspectos que tienen que ver con tu formación y experiencia, aspectos que tienen que ver con el otro (por ej. si le ofrecés servicios a empresas o a pacientes, su poder adquisitivo, zona, etc.) y aspectos del servicio en sí (tiempos de consultas, plataformas, acompañamiento en grupos, mails, materiales a entregar, consultorio, etc.).
3- Tu tiempo vale. Cuando presupuestes una charla no sólo tenes que cobrar la hora de presentación sino todo el tiempo que conlleva prepararla, más cuestiones como tu nombre, experiencia y formación.
4- No tengas miedo a perder la oportunidad... van a venir muchas y si querés cobrar bien por tu trabajo, además de estar bien preparad@... TENÉS QUE DEMOSTRARLO - sin vergüenza, con orgullo - por eso no dejes de poner el ojo en tu MARCA PERSONAL y tu PROPUESTA DE VALOR.